Tengo que agradecer a Olivia, a Alvaro y, por supuesto, a sus papás por haber compartido con todos nosotros y nosotras este cuento tan entrañable.
Justamente es lo que pretendemos con esta temática de los malos de cuentos, que con cariño y amistad una persona (o el lobo en este caso) se capaz de superar sus rabias, instintos y necesidades más sucias.
¡Nos ha encantado!
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