Uno de
esos días descubrió que en la antigua línea de tren había una escalera oscura
que subía hacia las vías. Allí arriba había unas pocas plantas y flores
silvestres, que estaban marchitas.
Es
verdad que Liam no era jardinero, pero sabía que podía ayudarlas. Así que a la
mañana siguiente volvió a las vías y se puso manos a la obra. Las flores
estuvieron a punto de morir ahogadas, y, además, Liam tuvo algunos problemas
con la poda, pero las plantas esperaron pacientemente a que el chico fuera
adquiriendo destreza en el arte de la jardinería.Con el paso de las semanas,
Liam empezó a sentirse como un verdadero jardinero, y las plantas empezaron a
sentirse como un verdadero jardín.
Como
este jardín no era uno normal y corriente, empezó a moverse de su sitio. ¡Había
kilómetros y kilómetros de vías por explorar! Así que Liam y el Jardín fueron
explorando su entorno, hasta que llegó el invierno.
Aunque
el frío había hecho mella en las plantas, pronto recuperaron su esplendor y
retomaron su afán explorador.
El
jardín sentía especial curiosidad por las cosas viejas y olvidadas.
Algunas
plantas aparecieron donde no debían.
Otras
aparecieron misteriosamente todas de golpe.
Pero
la aparición más sorprendente de todas fue la de los nuevos jardineros."
Hemos dado un pasito más en nuestro cariño por nuestra naturaleza y nuestro planeta. La iniciativa de una sola persona puede llevarnos a más de lo que nos podemos creer.
Os pongo el video en inglés porque no lo encuentro en español pero seguro que mis niños y niñas os pueden ir contando las imágenes porque tenemos el libro en la clase.
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