Iniciamos la mañana con un nuevo saludo. Cada día, después de la poesía, nos invitamos una forma nueva de dar los buenos días.
En todo momento intentamos cumplir las normas sanitarias y nos lavamos las manos hasta cinco veces al día.
Y cuando trabajamos o jugamos sólo usamos nuestras propias cosas, todas tienen puestas nuestros nombres.
A pesar de ser todo muy diferente, nos estamos acostumbrando poco a poco y lo vamos comprendiendo sin agobios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario