Seguimos investigando sobre las cualidades del agua y utilizando las afirmaciones de mis niños y niñas en la recogida de sus ideas previas. En esta ocasión le ha tocado a Jara que nos dijo que el agua no sabía a nada. Vamos a comprobarlo...
Después de probarla hay niños y niñas que dicen que saben a agua y hay otros que dicen que no saben cuál es su sabor.
Vamos a utilizar la comparación para aclararnos.
Primero le añadiremos al agua "unos polvitos mágicos blancos". Ahora, ¿cómo sabe el agua?¿huele diferente?
Efectivamente está dulce porque le hemos echado azúcar, ¡probad, probad!
Lo mejor del azúcar y la sal es que le cambia el sabor al agua pero sigue siendo transparente y sigue sin oler a nada.
Ahora le echaremos arroz y pasta. Sigue siendo transparente y sigue sin oler a nada.
Por último, le pondremos unas gotitas de limón. Sigue siendo transparente pero sabe bien y huele bien.
Volvemos a tomar agua sola. ¿Sabemos ya cuál es su sabor?
¡Efectivamente! EL AGUA NO SABE A NADA NI HUELE A NADA, si está limpia y potable, claro. Podemos ver que Jaime se equivocó al decirnos que el agua olía a lluvia. Como dicen otros niños y niñas de la clase:"cuando llueve huele a lluvia pero no a agua"
Y, para acabar, le cambiaremos el olor al agua pero sin hacer que el agua esté sucia.
Les puse un poco de esencia de naranja en la punta de la nariz y luego olieron el agua. ¡Mis niños y mis niñas se quedaron muy sorprendid@s! y encantad@s.
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