¡Menudo trabajazo han hecho mis niños y mis niñas!
Además de disfrutarlo muchísimo se han esforzando tanto tanto que no hay ninguna de las muñecas Wangari que haya quedado mal. Son todas preciosas y perfectas.
Y sobre todo, para mí lo más importante, es que se han llevado para casa la satisfacción de haber ayudado a nuestro planeta reciclando un botecito de batido y de contar en casa la historia de esta mujer que tanto ayudó a su país.
Hagamos nosotr@s lo mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario